Ellis
Amado
Fiel a sí mismo
Tranquilo
No es suficientemente bueno
Te presento a mi amigo Ellis, escritor magistral y creador de palabras, a menudo admirado, aunque a veces incomprendido. Entró en mi estudio con su camiseta favorita y nos unimos mientras compartía calurosamente una bolsa de tesoros, cada uno de los cuales simbolizaba un recuerdo entrañable.
Para mi sorpresa, Ellis me contó que, cuando era pequeño, a menudo se sentía etiquetado como "no lo suficientemente bueno y por debajo de los demás... tanto social como económicamente" porque su familia no tenía muchos recursos. Su historia me impactó porque yo había tenido una educación similar. Uno de los estereotipos sociales más persistentes es que los pobres no tienen motivación o no quieren ayudarse a sí mismos. Sin embargo, Ellis y yo somos la prueba de que eso no siempre es cierto. Su familia y la mía nos inculcaron que la vida es lo que uno hace de ella. Gracias a la educación, el trabajo duro y el estímulo de sus padres, Ellis prosperó.
Fiel a sí mismo
Tranquilo
No es suficientemente bueno
Te presento a mi amigo Ellis, escritor magistral y creador de palabras, a menudo admirado, aunque a veces incomprendido. Entró en mi estudio con su camiseta favorita y nos unimos mientras compartía calurosamente una bolsa de tesoros, cada uno de los cuales simbolizaba un recuerdo entrañable.
Para mi sorpresa, Ellis me contó que, cuando era pequeño, a menudo se sentía etiquetado como "no lo suficientemente bueno y por debajo de los demás... tanto social como económicamente" porque su familia no tenía muchos recursos. Su historia me impactó porque yo había tenido una educación similar. Uno de los estereotipos sociales más persistentes es que los pobres no tienen motivación o no quieren ayudarse a sí mismos. Sin embargo, Ellis y yo somos la prueba de que eso no siempre es cierto. Su familia y la mía nos inculcaron que la vida es lo que uno hace de ella. Gracias a la educación, el trabajo duro y el estímulo de sus padres, Ellis prosperó.